
Pasajes de cine propone emular la pragmática tarea de un productor que busca las localizaciones más adecuadas para las películas, pero sin olvidar la magia que poseen los lugares elegidos para recrear una historia. Revoluciones y declaraciones de amor, crímenes y conjuras, fiestas y sueños…Todo sucede en espacios reales o inventados. Aquí descubrirás rutas de cine, localizaciones camufladas y espacios cargados de simbología. ¿Algo más? Pues sí, también anacronismos arquitectónicos.
Este apabullante prólogo de Casino es obra de Saul Bass. El último trabajo del maestro de los títulos de crédito en el cine, que moriría al año siguiente, en 1996.

Arriba, fotogramas de Casino. Abajo, a la izqda, cartel de Anatomía de un asesinato, antecedente estético del fotograma de Casino, y a la dcha, cartel de Ocean´s eleven, otra fuente más de inspiración para Casino
Saul Bass, de origen judío, nació en Nueva York en 1920. Allí estudió con algunos artistas y teóricos seguidores de la Bauhaus. Bass se inició en el mundo del diseño publicitario y llegó a crear su propia agencia. Su primera gran oportunidad en el cine se la dio el director de cine austriaco Otto Preminger, que le encargó el diseño del poster de Carmen Jones (1954). Colaboraron en once películas más, entre las que podrían destacarse: El hombre del brazo de oro (1955) Anatomía de un asesinato (1959), Éxodo (1960) y El Factor Humano (1979).

Sin embargo, Bass no sólo es el diseñador de los títulos de crédito más reconocibles, también es autor de la planificación de algunas de las secuencias más emblemáticas de la historia del cine como la de la batalla de Espartaco (Stanley Kubrick, 1960), y la del plano de Marilyn Monroe sobre el respiradero de metro en La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955).

En colaboración con Alfred Hitchcock diseñó el mítico comienzo de Vértigo (1958), y planificó la secuencia de terror más famosa de todos los tiempos: la del asesinato en la ducha de Janet Leight en el film Psicosis (1960). Entre estos dos trabajos, Bass se ocupó de los títulos de Con la muerte en los talones (1959), también de Hitchcock.

Martin Scorsese, gran admirador de Saul Bass, recurrió a él para confeccionar la secuencia introductoria de Uno de los nuestros (1990). El siguiente trabajo en común fue el remake de El cabo del miedo (1991). En este caso la atmósfera tenebrosa e inquietante de la película se percibe en el prólogo propuesto por Bass, en el que el agua se perfila como un elemento que alberga imágenes y títulos distorsionados. Se trata de un aviso de la disfunción de las cosas en la historia que va a desarrollarse, partiendo de la mente del criminal protagonista. El resultado de la tercera colaboración fue La Edad de la Inocencia (1993), un drama sobre la alta sociedad que habitaba el Nueva York de 1870. Una élite prisionera de su propio juego, que se comunica mediante códigos secretos. En este caso Bass propuso una secuencia inicial basada en el lenguaje de las flores, que se van abriendo, ocultas tras encajes y bordados. Unos códigos que también remitían al romanticismo victoriano. El último trabajo Bass-Scorsese, fue Casino (1995), película con la que comenzaba este post.

Fotogramas correspondientes a la secuencia inicial de La edad de la inocencia

Fotogramas iniciales de El cabo del miedo
Los carteles de Saul Bass han creado escuela. Buen ejemplo de su influencia en el cine actual lo vemos en los posters de películas como, Atrápame si puedes (Steven Spielberg, 2002), Clockers (Spike Lee, 1994), y en casos más cercanos, como el del artista argentino Juan Gatti, que ha diseñado los posters de películas de Pedro Almodóvar, como Mujeres al borde de un ataque de nervios, Tacones Lejanos, Volver, etc. Todos estos trabajos constituyen un reconocimiento a Bass.




