Opinión

Fashion-casticismo: merienda en la Pradera de San Isidro

Pradera de San Isidro, lienzo de Francisco de Goya (1788)
photo_camera Pradera de San Isidro, lienzo de Francisco de Goya (1788)
Madrid celebra San Isidro Labrador, su fiesta más castiza. Chulapos y chulapas rinden homenaje al patrón de la ciudad pasando el día en la pradera.

Madrid se tiñe de fiesta por San Isidro Labrador (15 de mayo), patrón de la ciudad al que se rinde homenaje en mayo con una romería tradicional en la pradera que lleva su nombre.


La Ermita del Santo -de San Isidro- está ubicada en el distrito de Carabanchel. Al lado de la misma se encuentra la fuente que, según cuenta la tradición, fue descubierta por San Isidro, que parece ser que fue zahorí antes que labrador. Milagrosa o no, eso ya para gustos, os puedo asegurar que es fresca y sigue siendo "agua de Madrid" (y ya sabemos lo que se dice del agua de Madrid….).



"La ermita de San Isidro el día de la fiesta", lienzo de Francisco de Goya (1788)


La pradera del entorno se convierte, cada 15 de mayo, en un improvisado picnic donde se entremezcla tradición y modernidad. Mayores y jóvenes de toda la ciudad recalan en las colinas ataviados, bien con cestas de picnic y mantel de cuadros, bien con bocatas y toallas de playa, el caso es que todos comparten una auténtica jornada campestre.



"La Pradera de San Isidro", lienzo de Eugenio Lucas Villaamil

Ir a comer a la pradera por San Isidro nunca ha pasado de moda y es una de esas tradiciones que se hereda con gusto. Pero lo que más me sorprende es que somos muchos los foráneos que nos sumamos a la tradición y la hacemos nuestra.



"La Pradera, San Isidro", lienzo de Cristina García Molina (2010)

El toque castizo lo ponen los chulapos y chulapas, ataviados con su orgulloso traje sin olvidar el clavel: en la solapa para ellos, bajo la pañoleta para ellas. El postre obligado, también muy "retro", son las rosquillas. Si seguimos la tradición serán tontas, listas o de Santa Clara (las de fresa, naranja, limón y chocolate son una versión modernizada).




Y en cuanto a la bebida, agua de la fuente de la ermita como aperitivo y limonada o clara cuando aprieta el calor.


La siesta en la pradera de San Isidro suena a chotis de organillo que, por cierto, sepan los "gatos" de casta que el baile procede de Bohemia, región de la antigua





Checoslovakia, ni más ni menos. De hecho, la palabra chotis es una adaptación de "schottisch", que significa "escocés" en alemán, ya que la danza original procedía, al parecer, de Escocia. A pesar de tener semejante recorrido,  Madrid lo hizo tan suyo que ha llegado a convertirse en un emblema para la ciudad. Caprichos de este Madrid, que se apropia de todo, hasta de uno mismo, al menos de un cachito...