Opinión

Campanadas a medianoche. Welles y la Casa de Campo

Orson Welles rodó en España películas tan importantes en su carrera como "Campanadas a medianoche". En el post de hoy descubrimos algunas claves y lugares por donde transitó Falstaff, el protagonista de la película. Una especie de Sancho Panza "a la inglesa".
"Oh, Jesús, las cosas que hemos visto. ¡Eh, Sir, John! ¿Digo bien?". Quien así habla es el juez Robert Shallow que, junto a su amigo John Falstaff, se dirige, atravesando un paisaje nevado, a la taberna La cabeza del jabalí, en Eastcheap (Londres). "Hemos oído las campanadas a medianoche, maese Robert". El juez da la réplica final al orondo Falstaff: "¡Las oímos, las oímos, las oímos!... Jesús, las cosas que hemos visto".

Las campanadas ("chimes" en el original inglés) hacen referencia a ese momento vital –ya sea, un minuto o una hora, en tiempo real- en que el destino de una persona puede cambiar. El eco de las campanadas hace que ese momento quede simbólicamente congelado en el tiempo y la memoria.

Orson Welles realizó una obra maestra en torno al personaje, creado por William Shakespeare, de John Falstaff, un "bon vivant", que muchos comparan al Sancho Panza cervantino. De fondo, hallamos temas como la moral, la traición y la postrera caída en desgracia. Para el guión, Welles se basó fundamentalmente en las dos partes de Enrique IV, e incluyó diálogos de Ricardo II, de la vida de Enrique V, y de Las alegres comadres de Windsor.

Sin embargo, uno de los aspectos que considero más sorprendentes es el hecho de que el paisaje en el que se desarrolla la secuencia del "robo" fallido organizado por Falstaff no tiene lugar en un lejano paraje inglés, si no que se localiza en la madrileña Casa de Campo; Orson Welles a la vuelta de la esquina.


Fotogramas de Campanadas a medianoche. A la izquierda, John Falstaff (Orson Welles) y Robert Shallow (Alan Webb). A la derecha, Casa de Campo, Madrid.

En la Casa de Campo, además, se rodó de manera paralela La isla del Tesoro. Era una manera de rentabilizar costes, ya que parte del equipo era el mismo, y también algunos decorados, como la posada La cabeza del jabalí, que se convertiría en la taberna El almirante Benbow, de La Isla del Tesoro. Una decisión tomada conjuntamente con el productor Emiliano Piedra; sin embargo, a Welles también le movía otra razón menos pragmática: poder dar vida a Long John Silver, una especie de Falstaff –versión pirata- creado por R. L. Stevenson. Sólo falta añadir que la nave en la que se construyó la taberna-posada estaba situada en el madrileño barrio de Carabanchel, cerca de la vieja plaza de toros. El responsable fue Juan Cobos, ayudante de dirección y amigo de Welles.


A la izquierda, taberna de La Isla del Tesoro. A la derecha, posada de Campanadas a Medianoche.

Otras localizaciones de Campanadas a Medianoche se hallan en Ávila, en Soria (capital y Calatañazor) y en Barcelona (Cardona) –fotos inferiores-.



La luz parece entrar por la ventana gracias a un gran foco reflejado en un espejo orientado hacia ese ventanal. A la derecha, trucaje localizado en: http://www.magnumphotos.com/image/PAR58200.html

Queda ya lejano el prólogo de esta película en el que se rememoran las campanadas como metáfora sonora de algunos momentos de dicha vividos. Sin embargo, las campanadas reaparecen de nuevo, y esta vez el tono es menos festivo. Falstaff, como si de un actor bufo se tratara, realizará entonces su particular "mutis por el foro".

La secuencia comienza con la coronación de su "discípulo" y amigo de correrías Hal, como Enrique V. Falstaff se acerca confiado y con actitud de camaradería al nuevo monarca –enfocado en contrapicado-, que le rechaza con estas palabras: "No te conozco, anciano ("I know thee not, old man…) He soñado largo tiempo con una especie de hombre como tú, así de libertino, pero ahora he despertado y desprecio mi sueño…". El gesto del personaje interpretado por Welles es de inmenso dolor. Acto seguido desaparece tragado por la oscuridad de los gruesos muros del supuesto palacio (la iglesia de Cardona, en realidad), y como una sombra atraviesa uno de los arcos del muro medieval (la muralla de Ávila).



Ahora si se escuchan de verdad las campanas; proceden de una iglesia cercana (Santo Domingo, en Soria), de la que vemos su peculiarísimo tímpano: una Trinidad "Paternitas", como si Dios padre anunciara al viejo y desengañado John Falstaff que muy pronto va a acogerle en su trono. En un más que simbólico fundido de planos se pasa a la fachada de la posada La cabeza del jabalí. Allí la posadera, Mistress Quickly (Margaret Rutherford) y el joven paje (Beatrice Welles) aparecen como dos "custodios" a ambos lados de la puerta, dispuestos casi de manera analógica al tímpano de la iglesia. La posadera, con la mirada perdida, afirma "Ha muerto como un niño recién bautizado. Partió justamente entre el mediodía y la una".

Pero Falstaff "resucitará". Cuenta la leyenda que Shakespeare se vio presionado por la reina Isabel de Inglaterra, seguidora de este personaje, del que quería seguir leyendo aventuras, y el "bardo de Avon" le hizo reaparecer en Las alegres comadres de Windsor.


A la izquierda, Santo Domingo (Soria), con su peculiar tímpano. Derecha, la posada La cabeza del jabalí