Valencia bulle en Ruzafa: la vida está en el barrio

Detalle arquitectonico calle de Russafa
photo_camera Detalle arquitectonico calle de Ruzafa

Multicultural, participativo, joven y activo: así es el renovado barrio de la capital del Turia. Artistas, cocineros y escritores han puesto de moda al barrio de Ruzafa. Eco-Viajes te da algunas pistas para disfrutar de su variada oferta. Si viajas a Valencia no te lo pierdas.

El Ensanche (L´Eixample) de la capital del Turia, acodado entre las líneas ferroviarias que aún llegan a la Estación del Nord y las calles de Filipinas, Matías Perelló, la Avenida del Antiguo Reino de Valencia y la Gran Vía Germanías contiene uno de los barrios más emblemáticos y atractivos de Valencia: Ruzafa. Entre los siglos X y XIII fue solar de recreo y jardines para los reyes musulmanes de Balansiya. De ahí proviene su nombre: Russafa. Ahora, ha pasado de ser una de las zonas más problemáticas de la ciudad a convertirse en foco de cultura y animación. Te dejamos algunas pistas:

1. Ubik Café (Literato Azorín, 13): fue el primer café-librería que aterrizó en Ruzafa. Además de vender buena literatura, organizan conferencias, talleres y presentaciones de todo tipo. Amplio, cálido, entretenido, sus aseos se han convertido también en un espacio artístico donde se van sucediendo las muestras de pintura a lo largo de los meses. Dan menús (15 €).

2. Mercat de Russafa (Barón de Cortes de Pallas, s/n). Construido en 1957, es uno de los mercados más "modernos" de Valencia pero mantiene indemne su espíritu de periferia. Abre, entre semana, de siete y media de la mañana a tres de la tarde. Aquí encontrarás puestos de verduras y hortalizas, charcutería y salazones. Algunas recomendaciones: en el puesto 90-91, Bertrand tiene su negocio con quesos artesanos de todo el país: son quesos difíciles de encontrar en cualquier otro lugar. Otra parada obligada es Agrolife, un puesto con productos de agricultura tradicional sin productos químicos. Y en Terraixufa, encontrarásproductos de agricultura ecológica.

3. La Pinça (Pintor Salvador Abril, 34). María y David desembarcaron en el barrio como el primer local en compartir moda y gastronomía. Aires retros, rincones a media luz, un patio escondido que acoge reuniones vecinales, complementos fabricados a mano por jóvenes diseñadores y ropa de marcas como Kling o TitiCollection. Imprescindible.

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