Castell de la Solana (Alcalalí): relax a la sombra del nogal

Hotel rural Castell de la Solana
photo_camera Hotel rural Castell de la Solana

Mariví y Ángel abrieron en 2007 este remanso de tranquilidad situado a las afueras de Alcalalí, en la comarca de la Marina Alta alicantina. Terrazas, aromas naturales, sosiego y un jardín con piscina apoyan la suculenta propuesta culinaria de Ricardo Vives, en este alojamiento rural asociado a Ruralka.

La costa mediterránea fue alguna vez un paraíso sin urbanizar donde el paisaje era un vergel de almendros y algarrobos, bajo el cielo azul, y el horizonte verdeaba mientras los pulmones se henchían con el aroma que desprende la eterna primavera en el monte. Lo sabemos porque aún es posible encontrar vestigios de aquel mundo pretérito donde las líneas marítimas conectaban los puertos alicantinos con los gaditanos para sacar la almendra hacia los destinos europeos. Uno de ellos lo encontramos en el Valle de Pop, en un pueblito casi equidistante de Dènia (24 km) y Xàbia (28 km), con un dulce nombre de resonancias centenarias: Alcalalí.

Mariví y Ángel, Ángel y Mariví, abrieron en noviembre de 2007 este remanso de tranquilidad que es el Castell de la Solana a las afueras del pueblo, en una finca rodeada de naranjos (el embrujo del aroma del azahar) y olivos que había pertenecido a la familia de él. El proyecto fue creciendo en torno al nogal que plantara antaño el abuelo de Ángel: un edificio de nueva planta con aires rústicos de principios del siglo pasado donde no se ha escatimado en detalles, desde los suelos de barro rústico a los últimos caprichos decorativos minimalistas para configurar un espacio de inequívocos aires mediterráneos en el que reinan la luz y la amplitud: terrazas, aromas naturales, sosiego y un jardín con piscina (enorme) apoyan la suculenta propuesta culinaria de Ricardo Vives, en esta casa asociada al club de calidad Ruralka.

El establecimiento, además de ser el perfecto destino para una escapada romántica, esconde entre los pliegues un meritorio respeto por la calidad medioambiental: desde los materiales empleados en la construcción (madera, barro, termo arcilla, cal, pinturas sin plásticos, corcho natural y tejas autoventiladas), al uso de energías renovables (eólica, fotovoltaica y térmica), depuradora propia para tratar el agua con que se riega el jardín y huerto con productos ecológicos que surten la despensa y la almazara del hotelito.

Castell de la Solana cuenta con siete preciosas habitaciones: los interioristas de la Notre Maison bilbaina y de Dènia contratados para la ocasión hicieron su trabajo a conciencia. Cada una está decorada siguiendo una inspiración diferente, para gozo de los clientes más exigentes. Es, en suma, un refugio de tranquilidad y relax donde disfrutar, a la vez, del ambiente cálido de la chimenea en el salón y de la plenitud de la noche bajo un cielo estrellado. Por algo Ángel y Mariví se conocieron haciendo el camino de las estrellas hacia Compostela. Pero añade ese plus intangible que da la belleza de la Marina Alta alicantina. Con el encanto de la eterna primavera. Desde 90 €.
 


 

Castell de la Solana
Crta. a Pedreguer – Alcalalí, Km 42.
Pda. La Coma – 03728 – Alcalalí (Alicante)
T. 966 482 705

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